También conocida como “Mezquita del Sultán Ahmet”, se trata de otro colosal ejemplo de la arquitectura religiosa estambulí. Este edificio del siglo XVII, visible desde muchas partes gracias a la altura de sus esbeltos minaretes, destaca, aparte de por su grandiosidad, por estar enclavada en una zona de gran belleza natural, con numerosos jardines y con bonitas vistas al Bósforo y al mar de Mármara.
Recibe su nombre por los azulejos de Iznik que la decoran en su interior, más de 21.000, los mejores de su época.
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